RELATO ERÓTICO (LAS FANTASÍAS DE MARISA, PASIÓN Y LUJURIA EN EL HOTEL PARTE 2)
Recién llegue a Madrid, mi acompañante y yo, nos
dirigimos a nuestro hotel. El hotel se encontraba justo en el centro. Era un
hotel muy grande y lujoso, estaba deseosa de entrar en mi habitación y pegarme una
ducha, para quitarme el cansancio del viaje, después los dos, bajamos
a cenar, tomamos una copa, y nos fuimos a dormir pronto ya que el viaje había
sido largo, y estábamos cansados. Al día siguiente por la mañana, a eso de las
12 de la mañana, me levanto, me doy una ducha, y me tomo un café. Al poco
tiempo, mi
acompañante pasó a recogerme, y nos fuimos a tomar algo, ya que hacía buen
tiempo y apetecía tomarse algo bien fresquito. Mientras estaba en la terraza
del bar, vi pasar a un hombre, era alto, moreno, con barba de unos tres días,
la verdad, es que estaba muy bueno. El hombre al pasar se me quedo mirando, en
su cara se esbozó una pequeña sonrisa picarona, mi reacción fue morderme el
labio fruto del calentón que me entró, el hombre, entró en el bar. Al poco
tiempo salió con una cerveza y se sentó justo en frente nuestra. El hombre no
me quitaba la mirada de encima, el muy picaron parecía que me desnudaba con la
mirada, la verdad es que eso me ponía muy, pero que muy caliente. Me empecé a
imaginar cosas en mi cabeza, quería que ese hombre, recorriera todo mi cuerpo
con su lengua, ufff eso me ponía muy cachonda, no paraba de retorcerme en el
asiento, mi acompañante se percató de lo que estaba haciendo, y me pregunto, ¡Marisa!
¿Qué coño te pasa?, no paras quieta, entonces le confesé lo que me pasaba, él
se echó a reír, y va y me dice, Marisa, no se te puede sacar de casa ni un
momento, madre mía colega, ¿perdona? Le conteste yo, tú te crees, que me puedes
decir eso, la tonta soy yo que te cuento nada, ¡anda! vete por ahí.
En ese momento, el hombre se levanta de la mesa, y se
dirige hacia mí. Con una sonrisa picarona, y me dice, ¡hola! ¿Cómo te llamas?,
me llamo Marisa, Yo me llamo Manuel encantado de conocerte, eres de aquí de
Madrid, pues no, soy de Zaragoza, eh venido a pasar el fin de semana, para
descansar un poco ya sabes. Pues me parece muy bien, yo estoy en Madrid por
cosas del trabajo, me quedare unos días, pero, lo que quería preguntarte ya que
me has parecido una mujer muy interesante y muy guapa, es, si podíamos quedar
para tomar algo, y conocernos mejor.
Yo mirándole a los ojos, y con una sonrisa, muy
picarona, le dije que por supuesto, me encantaría conocerte y charlar para
conocernos bien afondo, el esbozo una sonrisa, en ese momento nos pedimos los
teléfonos, después nos dimos dos besos, y se marchó.
Mi acompañante y yo, quisimos dar un paseo por Madrid
antes de comer, mientras caminábamos, me encontré con muchos hombres, ufff,
estaban muy facheritos, mi tanguita, estaba humedeciéndose por momentos, y si
eso no era poco, cada vez que pasaba por un hotel, me volvía loca, solo de
pensar, en las travesuras que podía llegar a hacer en ellos. Mi acompañante
como ya me conoce de hace años, no me hacía caso alguno, el solo me tomaba el
pelo, a veces de verdad lo mataría, cuando le da por molestar, el tío no para,
me tiene hasta el toto. Ya que
me encontraba en Madrid, no podía marcharme sin conocer a Silvia, ella
era Streamer, ella y yo nos llevábamos fenomenal. Después de hablar por teléfono con Silvia para
conocernos, me vuelve a sonar el móvil, era Manuel, el chico que había conocido
en el bar, quería quedar para cenar, le dije que sí, pero que hoy no podía,
porque había quedado con una amiga. Le dije que mejor quedar mañana, el acepto,
sin ningún problema, y quedamos en volver a llamarnos para concretar la cita.
Después de comer en el hotel, me fui al encuentro con Silvia, me estaba
esperando en una taberna que hay en puerta del sol. Por fin llegó el encuentro,
hubo abrazos, y besos, la verdad es que teníamos muchas ganas de encontrarnos
cara a cara, ya que hasta a hora, solo nos conocíamos, por Instagram, y por un
Chat. La verdad que nos lo pasamos muy bien, estuvimos de cañas y tapas toda la
tarde, al llegar la noche, Silvia me llevó al bar de un amigo suyo, y estuvimos
cenando, hubo risas, y mucha complicidad, Silvia es muy divertida, y muy buena
gente, nos lo pasamos muy bien. Pero en mi pensamiento, en el que llevaba
pensando todo el día era en Manuel, cada vez que lo recuerdo, se me hace la
boca agua, mi toto echaba humo, y me encontraba toda mojadita, ufff madre mía,
intentaba que no se diera cuenta Silvia, pero yo en ese momento era puro fuego,
un volcán a punto de estallar ¡ohhh!, me levante del siento, me metí en el baño
y me refresque la cara, aquello iba a acabar conmigo, el corazón me iba a mil,
y me temblaban las piernas, jamás en mi vida, había tenido esta sensación en mi
cuerpo ¡madre mía!.
Después de despedirme de Silvia, me marche para el
Hotel, estaba todavía muy excitada, me quité la ropa, y me metí en la ducha,
ufff madre mía, ni el agua fría me quitaba el calentón, entonces decidí
masturbarme.
Al salir de la ducha, me seque, y me tumbe en la cama,
aún tenía ganas de tocarme, aquello era un no parar, cada vez estaba más
caliente ufff ¡madre mía!, parecía poseída por el mismísimo demonio, cada vez
movía los dedos más deprisa, parecían tener vida propia ¡Ohhh! dios mío, mis
ojos estaban en blanco, a causa de la terrible excitación Mnnn, de repente me
vino un gran orgasmo y aquel chorro salió disparado, poniendo las paredes y el
espejo empapados de mi liquido angelical, ¡madre mía!, aquel orgasmo junto con
el tembleque de mis piernas, fue de lo más gratificante que me había pasado
nunca, era como si una fuerza misteriosa me hubiera poseído, y hubiera sacado
de mi toda la pasión y lujuria que llevo dentro.
A la mañana siguiente me desperté a eso de las 11 de
la mañana, según abrí los ojos, lo primero que vi, fueron como las paredes y el
espejo habían quedado, ¡por dios! De primeras pensé que era un sueño, pero
enseguida recordé lo que había pasado a noche, me eché a reír, pensé para mí, ¡Marisa
eres un peligro!, jajajaja me levanté de la cama cogí una toalla, y me puse a
limpiar el desaguisado que había hecho, esperaba que las chicas de la limpieza
no se dieran mucha cuenta, porque si no, tendría que dar muchas explicaciones,
y me moriría de la vergüenza.
Al poco sonó el teléfono, era mi amigo, quería saber
si pensaba bajar a desayunar, le dije que enseguida bajaba, que me diera 15
min, los cuales los aproveché para terminar de limpiar, y pegarme una ducha
rápida.
Después de haber desayunado, y comido en el hotel, tenía
la tarde para mi sola, la emplee, para visitar a unos familiares que estaban
aquí en Madrid, me dio tiempo para irme de tiendas y comprarme unos bikinis muy
ajustaditos, como me gustan a mí, y unas cuantas cosas más, la verdad, que la
tarde se me paso volando, ya casi era la hora de cenar, entonces decidí coger
un taxi, para ir para el hotel.
De camino suena el teléfono, era Manuel, quería saber
si podíamos quedar para cenar, le dije que sí, que tenía muchas ganas de
conocerlo, concretamos la hora el sitio lo puso el, entonces, nos vemos, chao,
en ese momento colgué, el taxista me advierte que ya habíamos llegado al hotel,
me bajé del taxi, me metí en el hotel, dispuesta a pegarme una ducha, no sin
antes avisar a mi amigo, que no cenaría con él, llegue a la habitación y me
metí en la ducha.
Para la cena me puse, un vestidito muy ceñidito, una
lencería muy fina, y un buen taconazo, se me marcaba toda la verdad, pero me
daba igual, me miré en el espejo, y pensé para mí, ¡Marisa hoy es tu noche, ese
hombretón no sale vivo, de entre mis garras!, al poco me suena el teléfono, era
Manuel, me estaba esperando a bajo, no le hice esperar, cogí mi bolso, y baje.
Cuando le vi, con aquel traje, la barba arregladita, y
aquel pelazo, casi me desmayo, estaba guapo no, estaba ¡Buenorro de cojones!,
al verme, me sonrió, me dijo que estaba preciosa, y me dio dos besos, que me
supieron a gloria.
Después de una hora y media en el restaurante, salimos
para coger un taxi, la cena había sido extraordinaria, nos estuvimos contando
nuestra vida, y la verdad es, que congeniamos muy bien. Una vez en el taxi
empezaron las carantoñas y el tonteo fruto de las copas de vino, que nos
habíamos tomado. Él se abalanzo sobre mí, empezó a besarme, ufff ¡madre mía!,
me estaba poniendo a mil, intentábamos no hacer ruido, no queríamos dar el
espectáculo en el taxi, el, era muy, pero que muy atrevido, el muy sinvergüenza
me metió la mano por el vestido, hasta llegar a mi tanguita, ufff empezó a
masajearme la vagina de una manera espectacular, yo estaba concentrada en no
gritar, al muy sinvergüenza le ponía la situación, lo estaba disfrutando por
momentos, se le notaba que no era la primera vez que lo hacía, era todo un
maestro.
Menos mal que llegamos al hotel, el taxista nos
miraba, como si fuéramos un par de pervertidos, yo creo que él se excito, con
nosotros, el muy pícaro, hasta me guiño un ojo, cuando le fui a recoger el
cambio, ¡Madre mía! de locos.
Cuando llegamos a la habitación, el me tira sobre la
cama, me quita los tacones, me arranca el tanga de cuajo, y me quita el
vestido. La verdad, es que me puso a mil, era como un toro salvaje, yo también
le quito la ropa, al llegar a sus calzoncillos, pude apreciar una polla
gordita, muy, pero que muy apetecible, y no tarde mucho en comprobarlo, su
verga, casi no me cabía en la boca por dios, era todo un espectáculo, el me
agarra del pelo, y me obliga a comérsela de una forma muy salvaje, lo cual me
excita a un más. Me tumba sobre la cama y empieza a comerme el coño, ¡ohhh!
dios mío, que bien lo comes cariño, ¡sigue!, ¡sigue! , Mnnn si por dios, tu
lengua, es de otro planeta, ¡ohhhh!, madre mía, entonces él se tumba, y yo me
coloco encima, como una jinete de rodeo, lista para cabalgar su polla, ¡ohhh! ¡Por
Dios!, ¡sí! ¡sí!, dame, dame, dámelo todo, ufff, mi cuerpo era puro fuego, el
me vuelve a tumbar en la cama, e introduce sus enormes dedos en mi vagina, le
pido que me haga un squirting, y empieza a moverlos de una manera, que me
volvió loca, estaba a punto de estallar, y así fue, a los pocos segundos, me
corrí enterita, bañándolo con mi liquido angelical, aquello fue de locos Mnnn
estaba como un volcán a punto de estallar, el sin decir nada, me coloca a
cuatro patas, y empieza a darme como un animal, yo estaba toda mojadita, me
agarro del pelo con una mano, y del cuello con la otra, lo cual, me excito a un
más si cabe, Mnnn ¡dame!, ¡dame! le gritaba yo, él era como un toro desbocado,
yo al mismo tiempo, me estaba viendo en el espejo de la habitación, lo cual, yo
me ponía aún más cachonda.
De repente me coge, y me lleva hasta la ventana de la
habitación. Yo tenía casi medio cuerpo que me sobresalía de la ventana, y
empezó a darme duro, yo entonces no pude más, y empecé a gritar de placer, como
si estuviese poseída por el diablo. Me encantaba que me vieran y escucharan los
demás, eso me ponía a cien. Entonces el me avisa que está apunto de correrse,
me pone de rodillas, y se corre por todo mi cuerpo, bañándome de su rica leche,
ufff ¡madre mía!, aquello fue de locos. La verdad es que fue, unas de mis
mejores experiencias, aquel hombre era puro fuego, era como un jinete del
apocalipsis, solo nacido para dar placer. Nos fuimos para la ducha, cuando
terminamos, se vistió, nos dimos un beso, y me dijo, que nos volveríamos a ver,
y yo le dije, que por supuesto, cuando tú quieras, me guiño un ojo y se marchó.
Yo me metí en la cama, estaba exhausta, ese hombre me
había dejado sin fuerzas, enseguida me dormí, pensando, cuando volvería a ver a
ese hombre tan increíble, mi Manuel.
Muy buen relato, con lujo de detailed.
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