Pasión y lujuria en las alturas (Relato de Alessandra Love)
Me llamo Alessandra
(Alex para los íntimos), soy azafata de vuelo, y me encanta mi trabajo. Cuando vuelo,
puedo dar rienda suelta a mis fantasías más calientes. Me encuentro en el
Hotel, estoy pensando a qué lugar, y con quien, iba, a coincidir hoy. Esta mañana, me
levanté especialmente cachonda. Si pudiera elegir, elegiría, ir a Milán. Era
viernes, y los viernes, suele venir un italiano muy guapo, llamado Francesco, que
nos pone a todas, supercachondas. Era el típico italiano, alto, y moreno, con solo verlo, te
ponías supercaliente, y muy excitada, y no solo yo, con tal solo decir, buenos
días, mis compañeras, mojaban sus braguitas, humm... ojalá me tocara Milán hoy, tengo
ganas de juerga, y necesitaba a Francesco.
Suena el móvil, y veo
un mensaje de la compañía, y lo que vi, me alegro mucho, la suerte estaba de mi
lado, me había tocado Milán. Entonces, me arreglo, llamo a un taxi, y salgo
para el aeropuerto. Al llegar al avión, miro la lista de pasajeros, y busco su nombre.
Si, allí estaba Francesco, al poco tiempo, vi como subía las escalerillas, llevaba
unos vaqueros ajustados, que le marcaban todo su culo, y ese paquete que tanto
nos gustaba a nosotras. Al vernos esbozamos una sonrisa muy cómplice, su mirada, era de
deseo, de eso, una mujer se da cuenta enseguida, su mirada era penetrante, hasta
el punto de hacerme temblar. Le indico cuál es su asiento, él enseguida me pide
algo de beber, me pidió un whisky solo, con mucho hielo, cuando se lo lleve, me
agache lo suficiente para que pudiera ver mi escote, y tanto que lo vio, se
frotó los labios, y me regalo una sonrisa, muy picarona, él venía con ganas de
divertirse, y eso me encantaba. El avión despegó, yo me encontraba superexcitada, por mi cabeza, no paraban de pasar pensamientos muy ardientes, si no
lo remediaba pronto, sentía que iba a explotar. Desde donde estaba, intente
conectar nuestras miradas, y al poco lo conseguí, yo le guiñe un ojo, y le hice
una señal muy sutil con el dedo, para que viniese. Él no se demoró, ni un
segundo, mientras se acercaba, no se le quitaba, esa sonrisa, tan picarona que tenía,
él sabía a lo que venía, y yo estaba deseosa, y ardiente, de que me hiciera
suya.
Nos fuimos al baño más
grande del avión, se encontraba en la zona de primera clase, apenas había gente,
era el sitio perfecto, para dar rienda suelta, a nuestra pasión. Nada más
entrar, Francesco me empotro contra la pared, y empezó a desabrocharme la
camisa, con mucho ímpetu. Acto seguido, me arranco el sujetador de cuajo, y empezó
a comerme los pezones, me encantaba como me los mordía, uff, este hombre me
estaba poniendo a mil. Empezó a quitarme la falda, su mano entro por mis
braguitas, y empezó a acariciarme el clítoris. Mi coño, estaba muy mojadito,
notaba como sus dedos entraban por mi vagina, yo estaba cada vez más, y más
cachonda, y no paraba de gemir, ohhhhh, siiii, sigue, sigue, quiero que me
folles, quiero que me folles, bien follada. Yo me agaché, y le bajé el pantalón,
su enorme polla, era una maravilla, era grande, gorda, y muy jugosa. Empecé a comérsela,
prácticamente, no me cabía en la boca, su polla era un puro manjar, qué rica
estaba por dios. Él me agarra del pelo, y me pide, que me dé la vuelta. Empezó
a penetrarme, su enorme polla, llenaba toda mi vagina, cada embestida que me
daba, era gloriosa, me estaba follando tan rico, que me estaba corriendo viva.
La saco de mi vagina, y la introdujo en mi culito, empecé a gemir, como una perraca
mala, lo hacía de vicio, no paraba de azotarme, yo cada vez estaba, más y más
cachonda, me estaba corriendo a chorros, ese Hombre era gloria bendita, todo un
semental. La saca de mi culito, y yo, empiezo a comérsela como una posesa, notaba
que él se iba a correr enseguida, entonces, me pide que abra la boca, y es
entonces, cuando una gran lluvia de lechita, entra en mi boquita, y cae por mi
cara, eso era algo extraordinario. Sentir su lechita por mi cara resbalando, y
cayendo sobre mis turgentes pechos, uffff solo de pensarlo, me vuelvo loca, en
ese momento, me mete los dedos por la vagina, y empieza a moverlos de tal
manera, que un gran chorro le baña la cara, y el torso. Él estaba tan excitado
como yo, fue uno de mis mejores polvos, solo estaba deseando, que esto se
repitiera más veces, a poder ser, con Francesco, pero, si él no fuera, sería
otro, me daba igual, a mí solo me interesaba cumplir mis más, ardientes, y
oscuros deseos.
Un polvo de aquí te pillo y aquí te mato que a la señorita azafata, esta vez ha sido con el Francesco pero que podía ser con cualquier otro siempre y cuando fuese en el avión
ResponderEliminarMe encanta todo en diminutivo Agente K "Las vraguitas, la lechita, el culito" VO SABEEEEEEE
ResponderEliminarTiene mucho vicio, jajajaja le gusta ser una gatita muy mala y traviesa 🔥🔥🔥
EliminarParece una historia mas bien para hombres, directo al grano y bestia, mas que erótica parece mas porno, después los gustos de la gente son diferentes, pero cuando me dicen eróticos espero algo mas sutil, mas sensual y mas jugueteo descriptivo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, este relato en particular, se centra más en ella, y Alessandra de sutil tiene poco, y le gusta ir al grano, pasar a lo duro directamente, las sutilezas en un avión son escasas, ahí poco tiempo, y ahí que darlo todo 💋
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